Monday, February 06, 2006

Barrio de verdad


El Realejo es un barrio de verdad, se nota y da gusto: su iglesia, la plaza con niños que juegan libremente, el quiosco, los bancos ocupados por personas de todas las edades que se saludan, una abuela asomada permanentemente en el balcón, los plátanos centenarios (quizá tan antiguos como la iglesia renacentista), y un largo etcétera incontable, que para eso es un barrio de verdad.